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Causas de la depresión: problematización de la hipótesis genética

La hipótesis genética de la depresión plantea que este trastorno puede tener una base hereditaria, vinculada a la predisposición genética transmitida de generación en generación.

La postura sistémica subraya que el entorno influye en la expresión de los genes. Por ejemplo, un ambiente familiar de apoyo puede reducir el riesgo, incluso en quienes tienen predisposición genética. Además, se analiza cómo los significados atribuidos a la depresión en la familia pueden perpetuar o aliviar el malestar.

Este enfoque invita a comprender la depresión no solo como un fenómeno biológico, sino como un proceso complejo que requiere mirar la interacción entre la genética, el entorno y las relaciones humanas.

Más Allá de los Genes: La Genética como Predisposición, no Destino

La investigación científica ha identificado que sí, existen ciertos genes que se han asociado con un mayor riesgo de depresión. Estos genes pueden influir en la forma en que nuestro cerebro produce o utiliza los neurotransmisores, esas sustancias químicas que regulan nuestro estado de ánimo, sueño y apetito. También pueden afectar la respuesta de nuestro cuerpo al estrés o la plasticidad cerebral. Por ejemplo, se ha estudiado un gen específico, el 5-HTTLPR, relacionado con el transporte de serotonina, que en ciertas variantes podría aumentar la vulnerabilidad a la depresión en presencia de eventos estresantes.

Pero aquí es donde la "problematización" entra en juego. Tener una predisposición genética no significa que estés condenado a desarrollar depresión. Es más como tener un "interruptor" que necesita ser activado. Y lo que activa o desactiva ese interruptor a menudo reside en nuestro entorno y en nuestras experiencias de vida.


La Epigenética y el Poder del Entorno

La epigenética es un campo fascinante que nos ayuda a entender cómo el entorno influye en la expresión de nuestros genes. Piensa en tus genes como un libro de cocina con miles de recetas. La epigenética es el mecanismo que decide qué recetas se leen y cuáles no, y con qué frecuencia. Factores como el estrés, la nutrición, las relaciones y las experiencias traumáticas pueden modificar cómo se expresan nuestros genes, incluso aquellos relacionados con la predisposición a la depresión.

Consideremos un ejemplo práctico:

  • Ambiente Familiar de Apoyo: Un niño que nace con una predisposición genética a la depresión, pero crece en un ambiente familiar cálido, de apoyo, con una comunicación abierta y donde se le enseña a manejar el estrés de forma saludable, tiene muchas más probabilidades de que esos genes de "riesgo" permanezcan inactivos. El apoyo emocional y la seguridad que recibe actúan como un escudo protector.

  • Ambiente Estresante o Traumático: Por otro lado, un niño con la misma predisposición genética que crece en un ambiente caótico, con negligencia, abuso o trauma, podría ver cómo esos genes se activan. El estrés crónico y la falta de apoyo pueden influir en la química cerebral y en la estructura del cerebro, haciendo que la persona sea más vulnerable a la depresión.

Esto subraya que la genética no es un destino inmutable, sino una predisposición que interactúa poderosamente con el contexto.


Los Significados Familiares y la Depresión como Fenómeno Relacional

La perspectiva sistémica va un paso más allá al considerar cómo los significados atribuidos a la depresión dentro de la familia pueden perpetuar o aliviar el malestar. Cada familia tiene sus propias "reglas" (explícitas o implícitas) sobre cómo se sienten, se expresan las emociones y se manejan los problemas.

  • Estigma y Secreto: Si la depresión se considera un "secreto vergonzoso" en la familia, algo de lo que no se habla, es probable que la persona que la padece se sienta aislada, culpable y reacia a buscar ayuda. Este silencio y estigma pueden empeorar los síntomas y dificultar la recuperación, creando un ciclo de sufrimiento.

  • Apoyo y Comprensión: Por el contrario, en una familia donde la depresión es vista como una enfermedad (similar a cualquier otra), donde se fomenta la empatía, la comunicación abierta y la búsqueda de ayuda profesional, el impacto en el individuo es muy diferente. La comprensión y el apoyo de los seres queridos pueden ser un factor protector enorme, ayudando a la persona a sentirse validada y acompañada en su proceso.

En este sentido, la depresión no es solo un fenómeno biológico o individual, sino un proceso complejo que se manifiesta y se mantiene dentro de las relaciones humanas. La forma en que la familia reacciona, interpreta y maneja la depresión de uno de sus miembros puede influir significativamente en el curso de la enfermedad.

Si quieres profundizar más en el tema de la depresión, puedes leer nuestra Guía Completa sobre Depresión: Síntomas, Causas y Tratamiento: 10 Puntos Clave

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